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  Los Camaleones en Cautividad

 

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La idea para escribir este artículo me surgió al leer uno aparecido en el CiN nº 45 que fue el último que se publicó allá por el otoño del 2002 y que me pareció bastante interesante, pues nos puede hacer reflexionar sobre las dificultades que conlleva el mantenimiento responsable de reptiles y más concretamente de camaleones. En él, se repasan muchos de los errores y/o dificultades que podemos encontrarnos a la hora de mantenerlos y que suelen hacer que fracasemos y perdamos a nuestro animal. No se trata de desanimar a nadie, si no de intentar que comprendamos que el mantenimiento serio de estos animales no es algo fácil y que su tenencia no puede ser un mero capricho pasajero. Son seres muy respetables que llevaban aquí decenas de millones de años cuando aparecimos nosotros y por tanto no tenemos ningún derecho a considerarlos un mero juguete o una simple mascota, y mucho menos un posible negocio.  

     Lo primero que se comenta en este artículo es que no hay que dejarse llevar por la tentación de adquirir un ejemplar de una especie de la que no tengamos información suficiente o de la que sepamos a ciencia cierta que tiene unos requerimientos que no vamos a ser capaces de proporcionar, sólo por el mero hecho de que sea una novedad o porque nos cautive su aspecto. Esto puede acabar con un fracaso y con la perdida de un valioso ejemplar. 

     Seguidamente se centra en el aspecto más difícil, caro y laborioso que encontramos a la hora de mantener camaleones; su correcta alimentación. Proporcionar una alimentación adecuada a nuestros ejemplares requiere tiempo, pues nos obligará a dedicar un esfuerzo extra al mantenimiento de los insectos que luego van a servir de comida a nuestros camaleones. Muchas personas no están dispuestas o no pueden realizar este esfuerzo, lo que condena a sus animales a una alimentación monótona a base de grillo. Además, si las condiciones en las que mantenemos esta comida no son las adecuadas en cuanto a higiene y nutrición, sólo proporcionaremos a nuestros camaleones presas cargadas de agentes patógenos y no de elementos nutritivos.

     Pero es que además, aunque estemos dispuestos a realizar este esfuerzo, la gran mayoría de las presas de las que disponemos en la actualidad no son presas que estén incluidas en la dieta de los camaleones salvajes, eso sin contar con que éstos tienen además a su disposición en la naturaleza vegetales, frutas, flores e incluso tierra que no sabemos la importancia que pueden tener en sus requerimientos nutricionales, pero que desde luego nosotros no vamos a poder proporcionarles.

     Lo que está claro es que una gran parte de las enfermedades que sufren nuestros animales tienen su origen en una nutrición deficitaria y desequilibrada; así, la tristemente famosa EMO (enfermedad metabólica ósea), osteoporosis, raquitismo, distocia, etc. tienen seguramente su causa aquí. Pero además, nos encontramos también con el problema de la complementación con vitaminas y minerales de esta alimentación y todo lo que ello conlleva en cuanto al riesgo de hiper o hipo vitaminar. En este sentido os remito al artículo que Dan se ha currado sobre el tema y al que ha hecho Sebastiano sobre edema, pero ya advierto que es tan complicado llegar a una conclusión clara en esta cuestión, que nadie sabe hasta que punto estamos haciendo las cosas bien, regular o mal. 

     El siguiente punto que se trata es el referente a la ventilación y humedad. Creo que a estas alturas, es de sobra conocido la importancia que esto tiene para nuestros animales. En este caso lo tenemos relativamente más fácil que en el punto anterior. “Sólo” tenemos que informarnos bien de los requisitos de la especie y proporcionárselos. Digo “solo”, porque esto, según la especie y el clima en el que vivamos puede llegar a ser complicado y caro. Si vivimos en un clima seco y caluroso, tendremos que renunciar a mantener especies que requieran temperaturas moderadas y alta humedad o deberemos estar dispuestos a realizar un gran esfuerzo normalmente económico. Lo ideal sería poder mantener a nuestros camaleones en un clima que nos permitiera tenerlos al aire libre gran parte del año. Esto nos aseguraría un tanto por ciento alto de éxito a la par que no haría ahorrar bastante dinero en climatización e iluminación, pero desgraciadamente no es el caso de muchos de nosotros.

     No nos dejemos nunca llevar por la idea de que el camaleón se va a ir adaptando a nuestro clima, sobre todo si es joven o criado en cautividad. Genéticamente se ha ido adaptando a unas condiciones durante millones de años y ahora por un capricho nuestro no va a adaptarse a nuestros parámetros en unos meses. Si pensamos así… fracaso seguro.

     En cuanto a la ventilación, creo que tenemos claro que si la misma no es adecuada, nos puede acarrear muchos problemas de salud como enfermedades respiratorias, de hongos, estomatitis e infecciones. Éstas, una vez contraídas, tienen una difícil solución y acaban en la mayoría de los casos con un desenlace fatal. Yo recomiendo siempre alojar los camaleones en jaulas, pero si queremos algo más decorativo, la ventilación debe ser el parámetro fundamental en el diseño de todo terrario para estos animales. 

     El siguiente aspecto que vamos a ver es el referente al adecuado aporte de agua para beber y como consecuencia de un suministro insuficiente o inadecuado, una deshidratación crónica lo que nos lleva a el fracaso renal, causa tristemente común de muerte en camaleones.

     Estos animales en la naturaleza no beben del agua estancada, si no que lo hacen de la lluvia y/o la condensación. Es fundamental proporcionarles en cautividad medios que simulen esto y que estimulen al camaleón a beber. El que un ejemplar no beba puede ser consecuencia de que no se le haya estimulado lo suficiente no de que no tenga necesidad de hacerlo. Temperatura inadecuada del agua (cubitos de hielo, rociado con agua fría, etc.), una manera extraña de presentársela (jeringuillas, goteos inadecuados), etc. puede desanimar al animal a beber. Tampoco son recomendables las cascadas y fuentes de agua, pues suelen ser foco de infecciones, sobre todo si el animal defeca en ellas. Otro aspecto importante a la hora de diseñar el terrario es el tema del drenaje.

     Una escasa aportación de agua, por el motivo que sea, desemboca irremediablemente en una aparición de ácido úrico elevado, gota y por último muerte debido al fracaso renal. 

     Otro aspecto importante, en parte relacionado con los anteriores es el tema de la temperatura, la luz y la radiación UV.

     Los camaleones, como animales de sangre fría que son, dependen de la temperatura exterior para realizar sus distintas funciones. Esta dependencia hace de la temperatura un factor importante a tener en cuenta. Temperaturas altas pueden alterar el metabolismo del animal, producir un estrés térmico que tarde o temprano desemboque en enfermedad. Temperaturas bajas, pueden dificultar la digestión de alimento, haciendo que el mismo se descomponga en el intestino y cause septicemia y necrosis del mismo, produciendo la muerte de nuestro ejemplar. Por supuesto temperaturas excesivamente altas (terrarios de cristal dejados al Sol, animales dejados en coches al Sol, etc.) o excesivamente bajas (heladas en animales al aire libre), pueden acabar con ellos en cuestión de minutos.

     Otro problema frecuente, relacionado con la temperatura son las quemaduras. Muchos camaleones se asolean bajo focos de inadecuada potencia o inadecuada ubicación y sufren quemaduras que en función de su gravedad pueden resultar mortales, sobre todo por el alto riesgo de infección que conllevan.

     En cuanto a la luz y la necesidad de radiación UV, os recomiendo la lectura del artículo de Dan sobre iluminación. Hay algún autor que no reconoce la importancia de la radiación UV en el mantenimiento de camaleones, pero si no podemos mantenerlos al aire libre, creo que es mejor curarse en salud y procurarles esta radiación. 

     A continuación haremos mención a toda una serie de problemas relacionados con el alojamiento como terrarios inadecuados, alojamiento de varios ejemplares juntos y problemas relacionados con la higiene.

     No es extraño ver muchos camaleones con problemas en las garras (infecciones, falta de uñas e incluso amputaciones) por culpa de mallas metálicas inadecuadas o mallas de tela muy finas (Reptarium) donde se les pueden enganchar las uñas y perderlas. Hay que tener también especial cuidado al tirar de ellos para cogerlos.

     El tamaño del terrario también tiene su importancia. Conductas tales como movimientos constantes a lo largo del perímetro del terrario, emperchado de las paredes o del techo de la jaula, abrasiones en el hocico, etc. significan que nuestro camaleón está buscando la manera de escapar porque se siente cautivo. Esto genera un estrés y una tensión en el animal que acabará debilitándole.

     Ya sabemos que la gran mayoría de especies de camaleones necesitan ser alojados individualmente, pero la gente sigue insistiendo en el deseo de mantenerlos en parejas e incluso de mezclar especies en un mismo terrario. Esto normalmente es porque queremos tener mas ejemplares de los que el sitio de que disponemos nos permite. Como ya se ha dicho, los camaleones son animales que toleran muy mal la presencia de otros individuos (bueno, algunas personas también) en su “territorio”. Siempre hay que procurar alojarlos individualmente, además esto dificultará la transmisión de enfermedades entre distintos individuos (conozco algún caso de perdidas importantes por este motivo). En el caso de que por la razón que sea tengamos que alojar varios individuos juntos, siempre estaremos muy atentos a los primeros síntomas de tensión, estrés o agresividad. Ah y por supuesto, que el camaleón grande se puede comer al chico (como los peces), por lo que sobra decir que nunca meteremos con un camaleón grande otro que por su tamaño pueda ser considerado una apetecible presa.

     En cuanto a la higiene, esta claro que cuanto más limpieza menos riesgo de enfermedad. Hay que poner especial atención en el agua estancada (bebederos, suelo, etc.) que con el calor es un magnifico caldo de cultivo para bacterias, en los excrementos y en los posibles restos de comida. 

     Por último comentar que otro problema que nos puede surgir a la hora de mantener camaleones es el de encontrar en nuestra zona un veterinario que tenga conocimientos suficientes como para afrontar con un mínimo de posibilidades de éxito cualquier incidente que se nos pudiese presentar. Esto, dependiendo del sitio donde vivamos, puede resultar realmente complicado. No son muchos los veterinarios expertos en reptiles y menos aún los que entienden algo de camaleones. Además la información disponible al respecto y la experiencia también es escasa.

     Por todo ello, siempre es mejor prevenir que curar, por lo que creo que es fundamental tener en cuenta todas estas cuestiones que he planteado, para que en la medida de lo posible, hagamos que nuestros animales lleven una vida digna. 

     José Mª Jiménez –Mutante-