Los camaleones tienen básicamente una
alimentación insectívora, aunque algunas especies consumen esporádicamente
materia vegetal. En la naturaleza, la dieta es muy variada, ya que los
camaleones cazan cualquier presa que quepa en su boca y que llame su
atención. Los camaleones detectan a sus presas por el movimiento
y gracias a su agudeza visual. Cualquier leve movimiento es detectado por
los ojos que constantemente "escanean" el entorno. La dieta de
muchas especies incluye individuos de su propia especie de menor tamaño,
otros saurios, insectos de cientos de especies diferentes, etc. Este
alimento tan variado, proporciona a los camaleones todos los nutrientes
necesarios para un correcto crecimiento, desarrollo y reproducción. Aunque
esto es así solo cuando el camaleón vive en un ambiente óptimo. Lo cierto es
que la tasa de mortalidad de los camaleones en libertad es altísima,
principalmente en las primeras semanas de vida, y solo un pequeño tanto por
ciento de los huevos fecundados llegarán a ser camaleones adultos algún día.
Cuando mantenemos camaleones en
cautividad, debemos intentar ofrecerles dietas muy variadas
para intentar proporcionarles toda clase de nutrientes y para
evitar dietas monótonas que "cansan" a los camaleones. El
alimento vivo que podemos encontrar a la venta incluye una creciente
variedad de presas vivas tales como grillos, gusanos de seda, langostas y
saltamontes, cucarachas, larvas de zophobas, larvas de tenebrios, gusanos de
cera, moscas de la fruta, del vinagre (utilizadas para camaleones enanos o
para las crías en sus primeros días de vida).
En ocasiones, algunos criadores
ofrecen pequeños vertebrados como crías de ratón sin pelo y otros, que
aportan gran cantidad de vitaminas y minerales, pero que no son en absoluto
imprescindibles. El abuso de este tipo de presas, puede ser más
contraproducente que acertado, ya que este tipo de presas no son habituales
en la naturaleza y pueden provocar digestiones pesadas, atragantamientos,
excesos de proteínas e incluso problemas de retención de huevos cuando se
usan para alimentar a hembras gestantes. Por tanto, el uso de pequeños
roedores deberá ser esporádico o solo utilizado en circunstancias
especiales. Queda totalmente desaconsejado el uso de roedores con pelo, que
pueden provocar obstrucciones intestinales, vómitos y digestiones muy
pesadas.
Las mejores horas para alimentar a los
camaleones son a media mañana, cuando el camaleón ya ha adquirido su
temperatura corporal óptima y tiene mucho tiempo por delante para hacer una
correcta digestión. Debemos evitar alimentar a los camaleones a última
hora de la tarde (justo antes de que se apaguen las luces y baje la
temperatura) ya que de esta manera dificultamos la digestión al camaleón.
Siempre es muy conveniente e
interesante intentar acostumbrar a nuestros camaleones a comer de un
comedero. Esto facilita enormemente el control del alimento ingerido, la
calidad del mismo, el tiempo empleado, fugas de presas y un largo etc. El
problema es que muchas especies de camaleones, y en especial aquellos
procedentes de captura, no se acostumbran a comer de un
"comedero". Desconfían de ese objeto con brillos y colores
extraños y están acostumbrados a cazar presas que corren por los árboles y
vegetación.
Cuando proporcionamos alimento vivo a
nuestros camaleones, debemos intentar ofrecerles una dieta rica y variada,
combinando los diferentes tipos de alimento vivo de la manera más acertada.
Podemos afirmar que los alimentos más equilibrados y ricos son los gusanos
de seda, grillos, langostas y saltamontes y las cucarachas. Estas presas,
contienen niveles adecuados de proteínas, grasas y unos ratios de Ca:P
aceptables (no acertados, solo aceptables) Las larvas de zophobas,
tenebrios, gusanos de cera, etc completan la oferta gastronómica, pero sus
altos contenidos en grasas, quitina y sus ratios Ca:P más desequilibrados,
hacen que solo los utilicemos para evitar dietas monótonas. Su uso excesivo
puede provocar obesidad, anorexia, y favorecer la aparición de desórdenes
en el metabolismo del calcio.
Algunas especies de camaleón, entre
ellas los que más habitualmente encontramos a la venta (Ch. calyptratus y
Furcifer pardalis) aceptan ocasionalmente rodajas de frutas y verduras,
finamente cortadas y dispuestas entre las ramas que les sirven de soporte.
Este comportamiento puede tener varios orígenes (hidratación, aporte
vitamínico) pero en cualquier caso es ocasional y solo debe ser contemplado
como un "extra" en la dieta estrictamente insectívora de todas
las especies de camaleón.
La ración diaria varía
muchísimo de unos individuos a otros y de unas especies a otras. A las
crías en crecimiento se les debe proporcionar todo el alimento que sean
capaces de ingerir. Igual debemos actuar con las hembras gestantes. Las
especies de camaleones que habitan regiones del planeta con climas
constantes (con pocas variaciones estacionales) suelen auto-regular la
cantidad de alimento que ingieren al día. En cambio los camaleones
provenientes de regiones con cambios estacionales más pronunciados, suelen
comer con voracidad, en ocasiones en mucha mayor cantidad de la necesaria,
en prevención de épocas más desfavorables, intentado hacer acopios de
grasa para las épocas en las que no abundan las presas. Un ejemplo de este
comportamiento lo podemos encontrar en el Camaleón del Yemen, que es un
voraz depredador y un magnífico oportunista. Por tanto, a los individuos
adultos de esta y otras especies deberemos regularles la cantidad de
alimento diario para evitar problemas de obesidad. El mejor sistema para
evitar problemas de obesidad consiste en ofrecer alimentos de calidad,
evitando larvas de insectos y proporcionando un día de ayuno semanal.
Algunos criadores alimentan a sus
camaleones en días alternos, otros a diario... Todos estos sistemas
funcionan, y todos son válidos. Yo este asunto lo dejo en manos de mis
camaleones. Les proporciono alimento constantemente en comederos y ellos deciden.
La alimentación es uno de los
factores más importantes a la hora de mantener a nuestros camaleones en
óptimas condiciones. En futuros artículos trataremos de profundizar en los
diferentes tipos de alimento vivo, suplementos vitamínicos y minerales,
ración alimenticia, etc. para intentar comprender hasta que punto es vital
una dieta equilibrada para nuestros camaleones.
Texto: Dan Alberdi
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